La resistencia es un elemento clave del rendimiento en el fútbol. Un jugador que puede mantener un buen nivel de intensidad durante todo el partido tiene una ventaja considerable sobre sus adversarios.
Sin embargo, muchos jóvenes futbolistas tienen dificultades para rendir hasta el pitido final. ¡Así es! En el fútbol profesional es normal correr entre 8 y 12 km por partido, especialmente en los mediocampistas.
¡Es cierto que cuando vemos los partidos de N’Golo Kanté, quedamos impresionados por su capacidad de no agotarse nunca! ¿Tendrá 4 pulmones? No, ¡pero su resistencia es realmente excepcional!
Entonces, ¿cómo mejorar tu resistencia para aguantar los 90 minutos sin derrumbarte físicamente? Aquí tienes un programa detallado para desarrollar tu resistencia y tu capacidad pulmonar en el campo.
Desarrollar la resistencia básica con cardio
La resistencia empieza con un buen trabajo cardiovascular, que requiere esfuerzo y paciencia. ¡Pero los resultados valen la pena! Para rendir en un partido completo, tu corazón y tus pulmones deben ser capaces de sostener un esfuerzo prolongado.
Ejercicios recomendados:
- Carrera en resistencia básica: 3 a 4 sesiones por semana, a ritmo moderado (60–70% de tu frecuencia cardíaca máxima) durante 30 a 45 minutos.
- Intervalos (HIIT): alterna sprints de 30 segundos con pausas de 30 segundos durante 10 a 15 minutos.
- Subidas: realizar sprints en pendiente refuerza las piernas y mejora la capacidad cardiovascular.
El trabajo de resistencia crea una base sólida y te ayuda a recuperarte mejor entre acciones intensas durante el partido.

Entrenamiento con ejercicios específicos de fútbol
La resistencia general es útil, pero el fútbol requiere esfuerzos repetidos y variados. A diferencia de un maratón, en el fútbol los esfuerzos suelen ser cortos pero muy intensos.
Por ello, el entrenamiento debe adaptarse a las necesidades reales del juego.
Ejemplos de ejercicios:
- Partidos reducidos (4 vs 4, 5 vs 5): estos partidos cortos e intensos te obligan a correr sin parar y simulan las condiciones reales de un partido.
- Carreras con balón: conducir el balón largas distancias manteniendo alta intensidad mejora la resistencia específica.
- Circuitos de ejercicios: realizar una serie de sprints, saltos y cambios de dirección sin descanso mejora la capacidad de repetir esfuerzos.
Un entrenamiento específico garantiza que puedas mantener un buen nivel de juego desde el inicio hasta el final del partido. ¡No te desanimes si al principio no ves resultados! Con perseverancia, los ejercicios te parecerán cada vez más fáciles.
Trabajar la recuperación para evitar la fatiga
Una buena resistencia también depende de una recuperación eficaz. Un jugador cansado tendrá dificultades para encadenar esfuerzos.
Muchos creen que entrenar sin pausas es lo mejor, ¡pero es un error!
Tomar descansos (cortos o largos) te permitirá volver con más fuerza y mejorar tu rendimiento.
Consejos para optimizar la recuperación:
- Hidratación: incluso una leve deshidratación reduce el rendimiento físico y mental. Bebe agua regularmente durante todo el día.
- Alimentación adecuada: consume carbohidratos complejos (arroz integral, pasta, patatas) y proteínas para recargar energía y favorecer la recuperación muscular.
- Estiramientos y masajes: después de cada partido o entrenamiento, estira y masajea tus músculos para prevenir lesiones y mejorar la flexibilidad.
- Dormir bien: duerme entre 7 y 9 horas por noche para regenerar tus músculos.
Los estiramientos y el sueño de calidad te ayudarán a evitar lesiones “tontas” y a reconstruir los tejidos musculares.

Mejorar la resistencia mental para aguantar en el campo
La resistencia no es solo física, sino también mental. Un jugador cansado que se desmoraliza tendrá aún más dificultades para mantener el ritmo.
Trabajar el aspecto mental requiere constancia, paciencia y fijarse objetivos.
Consejos para ser fuerte mentalmente:
- Fíjate objetivos durante el partido: por ejemplo, “correr hasta el minuto 80 sin bajar el ritmo”.
- Visualización y concentración: imagínate jugando con energía y eficacia durante todo el partido.
- Respiración controlada: aprende a controlar tu respiración para oxigenar mejor tu cuerpo y evitar la fatiga prematura.
Una buena preparación mental puede marcar la diferencia en los momentos decisivos, cuando el equipo está cansado o pierde la concentración.
Crear un programa de entrenamiento regular
Mejorar la resistencia en el fútbol requiere disciplina y regularidad.
¿Sabías que repetir una tarea durante 21 días ayuda al cerebro a convertirla en un hábito?
Aquí tienes un ejemplo de planificación semanal:
Ejemplo de planning:
- Lunes: carrera en resistencia (45 min) + fortalecimiento muscular.
- Martes: HIIT + ejercicios específicos de fútbol.
- Miércoles: descanso o estiramientos y recuperación activa.
- Jueves: partidos reducidos + sprints con balón.
- Viernes: sprints en subida + refuerzo de piernas.
- Sábado: partido o entrenamiento colectivo.
- Domingo: recuperación activa (estiramientos, masajes).
Un plan bien estructurado evita el sobreentrenamiento y permite progresar de manera eficaz.
Conclusión
Mejorar tu resistencia en el fútbol requiere cardio, ejercicios específicos, refuerzo muscular y una buena recuperación.
Con un trabajo mental fuerte y buena gestión del esfuerzo, podrás rendir hasta el último minuto del partido.
¡Trabaja duro, sé disciplinado y conviértete en un jugador incansable en el campo!